En esta ocasión, el destino elegido fue Llanes, villa marinera del Oriente asturiano y que dista, más o menos, unos 100 km de Gijón.
Elegimos para el viaje la carretera N-632, que va bordeando la costa, y que, debido a la relativamente reciente construcción del tramo correspondiente de la Autovía del Cantábrico, sufre una densidad de tráfico mucho menor que antaño, con el consiguiente disfrute de curvas, subidas, bajadas, paisajes, pueblos, etc., en relativa tranquilidad.
En cuanto a las motos, decir que se portaron como auténticas máquinas, teniendo en cuenta la edad de las mismas, aguantaron la ruta sin rechistar, ni un sólo amago de parada, avería, ni tan siquiera mal estornudo. En concreto son una Vespa 125 L del 62, la de David; una Vespa 150 S del 65, la de Amador y una Vespa P200E del 83, la mía.
Estas dos primeras fotos están tomadas en Colunga, villa situada a mitad de camino, y donde realizamos la primera parada para tomar un café.
Como llegamos pronto, no había mucho movimiento aún e improvisamos un parking vespero en la terraza del café donde estuvimos.
Aquí se ve el cartel del desvío a Lastres, pintoresca y, en estos días, televisiva villa marinera, posible candidata como destino de una futura salida vespera.
Al llegar a Llanes, nos encontramos la villa tomada por los turistas (no en vano era Jueves Santo), por lo que decidimos hacer las fotos de rigor en el puerto, teniendo como fondo los conocidos Cubos de la Memoria, de Agustín Ibarrola.
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