Las zapatas de freno habrá que sustituirlas, el color y el aspecto general no dejan lugar a dudas.
El plato portazapatas con éstas desmontadas. Va a requerir algo de limpieza...
Aquí vemos el guardapolvos del portazapatas con las juntas tóricas a sustituir.
La salida del eje de la rueda con bastante barro y suciedad acumuladas.
La tapa del embrague desmontada. Se observa el pulsador de latón del embrague en bastante buen estado, no hará falta sustituirlo.
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sábado, 14 de marzo de 2015
Motor Vespa 125 Sport (VI)
Fijando los espárragos en su alojamiento. Puede verse el sobrante del producto que utilizo a modo de fijatuercas.
El siguiente ya untado y listo para roscar.
Los dos espárragos del semicarter de cierre ya colocados.
El semicarter principal ya limpio y preparado para colocar su espárrago (este modelo de vespa lleva tres espárragos en vez de cuatro).
Vista interior del mismo.
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El siguiente ya untado y listo para roscar.
Los dos espárragos del semicarter de cierre ya colocados.
El semicarter principal ya limpio y preparado para colocar su espárrago (este modelo de vespa lleva tres espárragos en vez de cuatro).
Vista interior del mismo.
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Vespa 125 Sport
jueves, 12 de marzo de 2015
Motor Vespa 160 (V)
Vista del cilindro y cabeza del pistón sin la culata.
El cilindro ya fuera del motor, en bastante buen estado.
El pistón presenta un estado magnífico, sin rayaduras ni erosiones. Algo de carbonilla acumulada en la cabeza, fácilmente subsanable.
Vista lateral del pistón en la que se aprecia su buen estado.
El tambor trasero desmontado.
Aspecto de las zapatas, las cuales, evidentemente, habrá que cambiar.
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El cilindro ya fuera del motor, en bastante buen estado.
El pistón presenta un estado magnífico, sin rayaduras ni erosiones. Algo de carbonilla acumulada en la cabeza, fácilmente subsanable.
Vista lateral del pistón en la que se aprecia su buen estado.
El tambor trasero desmontado.
Aspecto de las zapatas, las cuales, evidentemente, habrá que cambiar.
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tambor trasero,
zapatas de freno
Motor Vespa 125 Sport (V)
El semicarter de cierre ya limpio y preparado para el montaje de las piezas.
Vista por la cara exterior.
Con el rodamiento del cigüeñal ya montado en su alojamiento.
Por el lado exterior, a falta de colocar el retén correspondiente.
Empezamos a colocar los espárragos de fijación del cilindro.
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Vista por la cara exterior.
Con el rodamiento del cigüeñal ya montado en su alojamiento.
Por el lado exterior, a falta de colocar el retén correspondiente.
Empezamos a colocar los espárragos de fijación del cilindro.
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miércoles, 4 de marzo de 2015
Motor Vespa 160 (IV)
Antes de sacar el encendido marco la posición para posteriormente, al montarlo, colocarlo en la misma posición, como base para la posterior regulación del avance.
Otra marca, por si acaso.
El encendido ya fuera y perfectamente limpio de suciedad.
El motor con el encendido fuera.
El encendido situado dentro del volante magnético. Si va a pasar cierto tiempo desmontado, conviene almacenarlo así para evitar que pueda perder algo de intensidad el campo magnético generado por los imanes del mismo.
La culata en muy buen estado, poca carbonilla y nada de pérdida, un poco de limpieza y lista.
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Otra marca, por si acaso.
El encendido ya fuera y perfectamente limpio de suciedad.
El motor con el encendido fuera.
El encendido situado dentro del volante magnético. Si va a pasar cierto tiempo desmontado, conviene almacenarlo así para evitar que pueda perder algo de intensidad el campo magnético generado por los imanes del mismo.
La culata en muy buen estado, poca carbonilla y nada de pérdida, un poco de limpieza y lista.
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Vespa 160,
volante magnético
Motor Vespa 125 Sport (IV)
Vemos el eje del cambio bastante dañado en la pestaña que sujeta el circlip de seguridad que afianza los engranajes del cambio.
Quizá en esta instantánea se aprecie mejor la parte dañada.
El engranaje primario, en muy buen estado, pero sin las agujas del rodamiento del lado derecho.
El extremo del eje del cambio donde va fijada la rueda. Se aprecia la rosca algo dañada en su parte final. Ello es debido a un defecto de diseño que fue corregido en modelos posteriores: la rosca llega hasta el final y el agujero practicado para introducir un pasador de aletas, a modo de seguridad, debilita mucho la zona y, ante cualquier golpe dado en la punta para sacar el eje de su alojamiento, se produce esta deformación típica.
Un pequeño despiece del bocolo, rodamientos de cigüeñal, rodamientos del eje trasero, engranaje primario y los tres espárragos de fijación de cilindro y culata.
El carter principal, prácticamente limpio de piezas y listo para proceder a su limpieza.
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Quizá en esta instantánea se aprecie mejor la parte dañada.
El engranaje primario, en muy buen estado, pero sin las agujas del rodamiento del lado derecho.
El extremo del eje del cambio donde va fijada la rueda. Se aprecia la rosca algo dañada en su parte final. Ello es debido a un defecto de diseño que fue corregido en modelos posteriores: la rosca llega hasta el final y el agujero practicado para introducir un pasador de aletas, a modo de seguridad, debilita mucho la zona y, ante cualquier golpe dado en la punta para sacar el eje de su alojamiento, se produce esta deformación típica.
Un pequeño despiece del bocolo, rodamientos de cigüeñal, rodamientos del eje trasero, engranaje primario y los tres espárragos de fijación de cilindro y culata.
El carter principal, prácticamente limpio de piezas y listo para proceder a su limpieza.
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